arch/ive/ief (2000 - 2005)

El pasado sabado 29 de Noviembre, 7 agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) fueron asesinados en una emboscada a 30 kilometros del sur de Bagdad. Solo uno de ellos consiguio escapar con vida entre la agitacion de la multitud y gracias a un coche de policia iraqui que lo salvo de la gente que esperaba en la zona.

Sobre las 15.30 horas, los 8 miembros del CNI volvian de comer en la capital iraqui, distribuidos en dos coches sin ningun tipo de identificacion militar o diplomatica por una carretera bastante transitada de Swaira, zona controlada por los norteamericanos.

Despues de matar a los 7 espanoles, los cuales pidieron ayuda por telefono para que enviaran helicopteros a salvarlos, los cuerpos fueron tirados en la calle, pisoteados por los viandantes, incluso por ninos que hacian el signo de la victoria mientras bailaban sobre ellos, como se observa en las ya famosas imagenes de Sky News.

Por ahora, el balance de espanoles asesinados en Iraq es de 9 fallecidos, junto con José Antonio Bernal Gómez asesinado el pasado 9 de octubre junto a la puerta de su casa y Manuel Martín-Oar que resulto muerto en Agosto durante el atentado a la sede de la ONU en la capital iraqui.

Las reacciones ante el asesinato de los agentes no se han hecho esperar. En Espana ningun miembro de la politica ha dejado de dar su opinion y condolencias a las familias, expresando su dolor por estas tragicas muertes.

El Presidente del Gobierno, Jose Maria Aznar, aseguro que estos son momentos dolorosos para todos los espanoles pero que las tropas permaneceran en Iraq para seguir luchando contra el terrorismo que no tiene fronteras y amenaza en cualquier parte del mundo (informacion completa en el discurso que ofrecio ayer domingo sobre los hechos).

Por su parte, el lider de la oposicion Rodriguez Zapatero, tambien ofrecio su pesame y dolor a las familias de las victimas y durante la inauguracion de la nueva sede del PSOE en Madrid, admitio que era un dia duro por el suceso ocurrido en Iraq.

Pero puntualizo su postura en contra de la guerra y planteo la opcion que lleva apoyando desde hace meses: que las tropas espanolas se retiren de la zona. A pesar de ello hizo hincapie en que son unos dias muy duros para todos los espanoles, apoyen o no el conflicto y la situacion posterior.

Gaspar Llamazares, coordinador general de Izquierda Unida, siguio firme en su postura de retirar las tropas de Iraq, pero ademas, condeno el ataque y “responsabilizo al Gobierno por el desatre al que nos ha abocado y reclamo la dimision del Ministro de Defensa, Federico Trillo”.

En la misma linea se encuentra Inaki Anasagasti, del Partido Nacionalista Vasco, quien expreso su deseo de la vuelta de las tropas y de que el Ministro de Defensa dimita porque “es un personaje patetico”, culpo ademas al Gobierno "por la locura que ha supuesto enviar a unos soldados a una muerte segura sin ningun debate en el Parlamento”.

A nivel internacional, Espana ha recibido las condolencias de casi todos los miembros destacados de la politica mundial, desde George W. Bush que hablo con el Presidente del Gobierno Espanol por telefono o Javier Solana, que expreso su deseo de que se establezca una situacion de calma en Iraq.

Mientras tanto, se rinde homenaje a las victimas en diferentes puntos de la geografia espanola, especialmente en la localidad madrilena de Torrejon de Ardoz, base militar donde llegaron los cadaveres de los 7 espanoles ayer domingo procedentes de Kuwait.

Con este nuevo suceso se reabre la polemica en Espana sobre si se esta haciendo lo correcto o no al permanecer en Iraq tras la guerra. Aun se recuerdan las manifestacion multitudinarias, que llegaron casi al millon de asistentes durante la primavera pasada, en oposicion con la guerra de Iraq que por entonces comenzaba.

Los debates se abren de nuevo.

*** Discurso de Jose Maria Aznar (Presidente del Gobierno)

«Buenas tardes a todos. Todos los españoles compartimos el inmenso dolor por el asesinato de siete compatriotas ayer en Iraq. José Carlos Rodríguez, Alberto Martínez, José Merino, José Lucas, Alfonso Vega, Luis Ignacio Zanón y Carlos Baró han perdido la vida cumpliendo con su deber, el deber de servidores del Estado y de la sociedad. Eran militares de profesión, buenos españoles, que han trabajado para nuestra libertad y nuestra seguridad dentro y fuera de España. Nadie mejor que ellos sabía el riesgo que corrían y, a pesar de saberlo, quisieron luchar contra un terrorismo que nos amenaza aquí y allí. La nación entera tiene muchos motivos para estarles agradecida y para no olvidarles ni a ellos ni a sus familias.

El odio fanático que ha acompañado a esta nueva atrocidad nos ha dado imágenes inconcebibles, que no debemos olvidar jamás. Es contra ese fanatismo contra el que no tenemos más remedio que plantar cara. Es ese fanatismo el que nos considera a nosotros y a todos los que no participamos en él como enemigos. Es ese fanatismo terrorista el que ha decidido golpearnos tantas veces como pueda, ya sea en Nueva York, o en Estambul, o en Casablanca o en Bagdad. No hay fronteras en la lucha contra el terrorismo, porque los fanáticos quieren que no las haya. No hay alternativa a la defensa de la libertad, la democracia y los valores que definen nuestro modo de vida. Ésa sigue siendo la respuesta a los que se pregunten qué hacen nuestras tropas, qué hacen nuestras fuerzas, qué hacen nuestros compatriotas en Iraq.

En un día como hoy, en el que nuestro dolor es inmenso, en el que nos sentimos antes que nada cercanos a sus familias, quiero volver a decirles a todos los españoles que nuestra presencia en Iraq tiene sentido. Nuestra libertad, la de todos y cada uno de nosotros, está amenazada por los terroristas que actúan donde pueden y cuándo pueden, y que hacen el mayor daño que puedan causar sus manos y sus mentes. Un grupo de naciones libres, comprometidas con la defensa de la paz y la seguridad internacional, respaldadas por las Naciones Unidas y por la razón, están en Iraq para liberar al pueblo iraquí de una tiranía atroz y para combatir una red de terrorismo internacional que amenaza nuestras vidas y nuestras libertades. A quienes cotidianamente ponen en peligro su vida por nosotros les debemos reconocimiento y apoyo. Los españoles sabemos de víctimas del terrorismo como probablemente ningún otro país en el mundo. Tenemos experiencia de lo que es el terrorismo, como también de quienes lo apoyan por cobardía o convencimiento. También sabemos de los caminos que no sirven para nada. Sabemos mirar de cara al problema, afrontarlo sin complejos, enfrentarnos a los terroristas con todos nuestros medios y sabemos que la retirada es el peor de los caminos posibles.

También sabemos que estamos acompañados. Antes han sido soldados italianos, británicos, norteamericanos, polacos, población civil iraquí, funcionarios de las Naciones Unidas, colaboradores de la Cruz Roja, diplomáticos Estamos donde tenemos que estar, y no abandonaremos a su suerte a las víctimas de aquí y de allí. Cumpliremos nuestros compromisos con lealtad y serenidad, como lo hacen las naciones serias. He dado instrucciones al Ministerio de Defensa para que adopte cuantas medidas sean necesarias para la mejor garantía de la seguridad de nuestras tropas y, en particular, la de los miembros del Centro Nacional de Inteligencia, cuya presencia sobre el terreno es imprescindible para combatir el terrorismo.

El Gobierno declarará luto oficial el día en que se celebren los funerales de los militares asesinados. Con carácter inmediato solicitaré comparecer ante el Pleno del Congreso de los Diputados. La Comunidad Internacional afronta ahora el desafío de una tiranía que se resiste a desaparecer y de un entramado terrorista que se ha convertido en la amenaza global más grave para las sociedades libres, para nuestras sociedades. La memoria de nuestros siete compatriotas asesinados en Iraq es la que dignifica a todos los que han dado su vida para que la nuestra sea mejor y más segura. De este compromiso no desistiremos. Finalmente, quiero agradecer las expresiones de condolencia y apoyo de los países amigos y aliados, de otras fuerzas políticas y, desde luego, las de todos los españoles de bien en sus hogares. Somos una nación fuerte, que conoce de cerca el dolor. También sabemos que la unidad es nuestra principal fuerza y ahora es el momento de mantenerla más intensamente que nunca.

Muchas gracias y buenas tardes».

Jose Maria Aznar, 30 de Noviembre de 2003